SIEMPRE HAY UNA RAZÓN PARA CULPAR A ALGUIEN, EN LUGAR DE TI MISMO.
Con demasiada frecuencia se culpa a los miembros de una comunidad o lugar de trabajo por no unirse como uno solo en pos de un interés común.
Pero en realidad, quienes tienen la tarea de unirlos, son los representantes de las organizaciones de la sociedad civil.

LA ORGANIZACIÓN Y LA HONESTIDAD SON LA CLAVE DEL ÉXITO EN TODO EMPRENDIMIENTO HUMANO.
Cualquiera que sea la actividad en la que estemos involucrados, sin el atributo de honestidad y una organización adecuada, seguramente fracasaremos.
La organización social de ninguna manera debe limitarse a una certificación o permiso del «Maestro» (Funcionario del Estado). Este tipo de requisitos son formalidades para el ejercicio del control estatal sobre las actividades de los ciudadanos.
Por más oculto que los gobernantes traten de mantenerlo, una de las industrias más poderosas del mundo en la actualidad; son los cárteles del tráfico ilegal de drogas, también conocido como crimen organizado, lo que en sí mismo es un reconocimiento implícito de su nivel de organización que explica el éxito económico que han alcanzado.
En este particular, la organización de las administraciones gubernamentales en las últimas décadas han superado con creces, la de los movimientos sociales comunitarios tales como las Asociaciones de Desarrollo Comunal, los Sindicatos y Federaciones de Trabajadores.
La organización popular comunitaria no debe medirse por el número de diferentes entidades existentes, ni por el número de reuniones a las que asistan sus líderes con funcionarios públicos, ni por el volumen de conferencias o congresos a los que asistan dentro y fuera del país en representación de su pueblo, sino por el número de sus representados y la unidad entre ellos; evidenciado por sus capacidades de convocatoria y movilización popular.
Las organizaciones sociales que normalmente mantienen una baja membresía, son un “caldo de cultivo” para la manipulación política de los gobernantes de turno a fin de promover la distracción y división entre los ciudadanos.
Donde en muchos casos sus lideres se prestan al juego a fin de obtener a favor de su representada un aporte economico de entes publicos, ser favorecidos con participar en un evento internacional con los gastos pagados por el Estado, o bien tomados en cuenta para reuniones con JERARCAS del gobierno. 
Esto, sin darse cuenta que al hacerlo, practican lo que se conoce como «la estrategia del hombre araña».
Sería negligente de mi parte hablar de organización sin mencionar la planificación necesaria, que precede a cualquier nivel de organización.
Es el típico caso de «el huevo y la gallina»; sin uno no puedes tener el otro.
Por su parte, la honestidad es la guinda del pastel, por así decirlo. Es lo que inspira la confianza que se materializa en el liderazgo necesario para ejecutar con éxito lo planificado.
En conclusión, diré sin lugar a dudas que la deshonestidad es el opio de las organizaciones humanas, independientemente de su naturaleza.
Publicación de Bernardo Archer Moore

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